miércoles, 14 de abril de 2021

Capitulo 22

 



Mía mira a Juli dolida:

--¿para eso quería que vinieras?¿¿¿¡para gritarme?¡

Juli hace un esfuerzo para no gritar por su hijo.

--perdona pero es que esto --dice agarrando ese colgante-- me ha acompañado durante esto tiempo... Son mis raíces... me ha apoyado cuando no tenía a nadie...

Y sin saber muy bien porque va pensando en su loca aventura con Remei.

--pero ahora tienes a tu hijo y a mí .. ¿en serio necesitas llevar en el cuello algo tan feo?

--si...

Mía se da por vencida. Y Juli por su hijo, Mía porque lo necesita. Toda su vida ha sido Juli, ahora que económicamente les va bien no puede renunciar a todo. Los dos se sienten muy alejados, sólo su hijo los une pero procuran encontrarse en la cama. Hacen el amor pero Juli no se siente lleno. Ella se queda en silencio, él fuma un cigarro. Piensa en Remei. Se la imagina llorando por él. Le duele seguro que la habrá echado de menos. Mía siente a Juli muy lejano y no quiere perder la oportunidad que él representa.

--tenemos que casarnos cuanto antes --dice ella.

--Si, nos casamos el jueves... Era una sorpresa que te tenia...

A Mía le brillan los ojos pero más que amor es por conveniencia. Gracias al dinero de Juli su abuelo al fin está en una residencia, ella tiene un bonito departamento y su hijo todo lo que necesita. Juli siente que es su deber pero es más por su hijo que por otra cosa. No sabe muy bien que ha pasado. Esperaba que al ver a Mía se le olvidara un poco a Remei pero tiene a su lado a una joven espectacular en cambio su cuerpo, su alma ya se había acostumbrado a la de la gordita y se duerme pensando en ella. 





Durante los días siguientes, Juli trabaja y se desvive por su hijo. Mía se preocupa de comprar cosas bonitas para la boda. Una boda en la que Juli no siente nada de ilusión. No deja de pensar en Remei y le cuesta mucho no hacerlo. Llega la noche antes de la boda.

--es una canallada... ¡¡no puedo hacer esto¡ --piensa.

Pero siente una fuerza que le pide hacerlo.

--me gustaría que saliéramos hacia el juzgado por separado --dice él.

--si, no hay problema... ¿te quedas en casa de un amigo?

En realidad para Mía es un alivio. Le duele reconocer que la distancia ha borrado el amor que sentía por Juli y que ahora solo queda el interés por una vida mejor. Juli le dice que si. Sonríe con cara de depravado. Su corazón late con fuerza en el auto.

--¡no está bien...¡ ¡¡¡no es justo ni para Mía ni para Remei¡

Toca al departamento de Remei. Ésta se le tira en los brazos.

--¿¿qué pasó?¡¡te echaba de menos¡

A él le emociona la ternura de ella.

--creí que éramos libres...

Remei lo besa.

--si, si... no me hagas caso... Es que estaba preocupada por si te había pasado algo...

El sonríe seductor:

--no vine aquí para hablar...




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Se besan con pasión, con calidez. Hacen el amor. Besan y acarician cada milímetro de su piel. Remei cada vez que está con él teme que sea la última y lo aprovecha y lo vive con intensidad. Remei y Juli se quedan desnudos muy abrazados. Ella está contenta de tenerlo entre sus brazos:

--¿te quedas a pasar la noche?

Él la mira muy dulce:

--si no te importa...

--sabes que no --dice ella enamorada.

Él le acaricia con cariño:

--ahora sí será la última vez que estemos juntos...

A él le duele decir esas palabras, ella ya se ha acostumbrado a disfrutar cada segundo que él le regala y no pensar en el mañana. Le despierta al día siguiente el sonido de la ducha. 

 





Y ahí esta Juli. Desnudo ofreciéndole un seductor espectáculo. Juli la ve. Sonríe.

--buenos días...

Ella lo mira enamorado. Parece que el tiempo no hubiera pasado. Ella no se atreve a ser tan apasionada pero se queda con las ganas. Él le guiña el ojo:

--puedes venir si quieres...

Entonces ella ya no se controla. Le pellizca el trasero. Lo abraza por el cuello. Ella quisiera volver a hacer el amor con él pero a Juli se le hace tarde. Remei lo mira enamorada mientras èl se viste.

--gracias por regalarme estas horas de felicidad --dice ella. 

Juli se sube los jeans, se los abrocha. Se despiden con un beso. Ella se queda con un sabor agridulce. Él nada más salir se siente un miserable.

--¡¡esto que he hecho no tiene nombre...¡

No quiere pensar, en realidad tampoco tiene nada muy claro. Siente la necesidad de estar con Remei pero no le puede dejar de cumplir a Mía. En especial por su hijo. En un bar cercano al domicilio de Remei Juli se cambia. Sale vestido de traje y corbata.





Remei está en su departamento saboreando los recuerdos de la noche anterior y viendo las fotos. Llaman al timbre. Esta segura que es él.

--¡¡mi amor, volviste¡

Se sorprende al encontrarse al cuñado de su madre.

--¿¿¡que haces aquí?¡

Sebastián sonríe:

--he venido al darte el pésame...

--¡¡no tengo ganas de hablar contigo...¡ 

Remei le iba a cerrar la puerta a la fuerza pero Sebastián le dice:

--¿¿¿qué te traes tu y Juli?¿¿cuál fue el trato?¿¿te compraste un marido?

A ella le duele el desprecio con el que habla él.

--¡¡tú que sabes¡

Con una sonrisa Sebastián dice:

--Yo solo sé que te casaste de la noche a la mañana, de golpe te divorcias y Juli se casa con otra...¡

Esto es toda una puñalada para Remei:

--¿¿que tontería es esta?

--Si, así es... Yo me sorprendí... tengo amigos en todos los sitios... me entere por casualidad...

Remei se niega a creer eso. Sebastián se muestra muy seguro y la anima a comprobarlo. Le da los datos del juzgado. La hora. 

--mientes --llora ella-- ¿porque me haces esto?

--veo que tu marido se canso de coger con una vaca... ¿y cuando le pagabas? --dice él ofendiéndola.

--¡¡lo mismo que a ti... bien que te gustaba...¡¡ --reclama ella.

--porque nunca conocí a una zorra más grande que tú... si vas de ofrecida a todos...Te me abriste de piernas a mi...

Renzo lo ha escuchado. Ataca a su hermano, defiende a su hijastra. Sebastián reprocha a su hermano que sea tan hipócrita.

--¡¡si hasta tú te la podías haber tirado¡ ¡¡si es que no lo has hecho¡

Los dos hermanos no se dan cuenta que Pilar los estaba escuchando. Pilar se pone como loca. Comienza una pelea verbal entre los 3 que Remei no escucha. Se va aturdida.


Juli espera ya en los juzgados. Llega Mía muy elegante con un vestido blanco y un pequeño tocado. Su hijo de la mano. Al fin llegó el día con el que ha soñado por años pero es una boda fría. No sabe cuando las cosas cambiaron pero se da cuenta que el hombre con el que se va a casar es un desconocido. Juli tiene los ojos llorosos y es que no puede evitar pensar en Remei y en esa loca boda en las Vegas. Remei está en su auto.

--¡¡no puedes hacer caso a Sebastián...¡ ¡¡no puede ser cierto...¡

Juli y Mía compadecen ante el juez. Les lee sus derechos. Sus deberes. Remei aparca el auto.

--¡¡seguro que todo esto es para burlarse de ti¡

Pero prefiere que se burlen de ella antes de quedarse con la duda. Mía y Juli recogen su libreta de casamiento. El juez los felicita y se besan. Al darse la vuelta Juli se da cuenta que Remei acaba de entrar. Ambos sufren un fuerte impacto. Remei siente que algo la desgarra por dentro. Juli lo nota y se le parte el alma. 




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