Capitulo 9

Gustavo saca de su carpeta el trabajo puntuado que no corregido de Franco. Quiere humillarlo delante de toda la clase.

--¡¡tu trabajo no vale nada...¡

--¡¡¿¿y como lo sabe si no lo leyó?¡

La clase ya está acostumbrada a los piques. Profesor y alumno se miran como si no existiera nadie más.

--me consta que copiaste toda la información... tengo alumnos que me lo cuentan todo...

--pues le contaron mal... en cambio a mi me cuenta que no lee los trabajo de los alumnos que le caen mal...

Sus compañeros admiran la osadía de Franco y eso es lo que más detesta Gustavo, que el chico quede como un héroe ante los alumnos.

--¡no te quedó bien y punto...¡

Franco se levanta de su pupitre y da un puñetazo en la mesa:

--es usted un hombre despreciable... No es muy culpa si sexualmente está insatisfecho...

La clase se ríe. Gustavo se muere de la rabia. Le exige que repita el trabajo por tercera vez:

--ya sabe lo que dicen... a la tercera va la vencida...

Y lo dice con una sonrisa de burla que pone enfermo a Franco.

--¡¡no lo voy a hacer¡

Entonces Gustavo duplica los temas a tratar en el trabajo.

--para mañana... si no tiene un 0

--¡¡eso es imposible...¡ --Franco con odio.

le amplia el temario... Los dos se miran desafiantes. 

--¡¡yo no me voy a someter a los caprichos de un profesor amargado y frustrado¡

Gustavo no soporta la altanería de Franco y quiere verlo sometido a su voluntad.

--si no vuelve tiene un 0... en todo el semestre...

Franco vuelve a su sitio. Gustavo sonríe victorioso. Mira a Franco por encima del hombro y eso es lo que mas le duele a Franco.

En la tarde, Franco llega a la casa de Daniel. Este salía de la ducha y lo recibe en toalla y lleno de jabón.

--lo siento... no te quería molestar... Es que llegó de sorpresa el hermano de Renzo y ese tipo me revienta el hígado...

--si claro... acabo de ducharme... Pasa... mientras puedes ir mirando en mi escritorio. Encontré unos libros que te pueden venir bien para el trabajo del profesor Gustavo...

Franco lo había olvidado.

--¡¡Mierda... me olvidé del trabajo que me pidió ese desgraciado...¡

Y aunque no quiere todo él se estremece pensando en su profesor. Daniel está ya en la ducha.

--¿Franco estas ahí?

--si perdona... ¿te importa que haga el trabajo en tu casa? Es que a Sebastián lo tengo metido en mi cuarto...

--si claro si quieres te ayudo...

Daniel tiene la puerta abierta, Franco ve como se friega los genitales y el jabón desliza su cuerpo. Daniel y Franco son como hermanos, por eso a Daniel no le molesta que su amigo lo vea desnudo. Franco mira a su amigo con indiferencia pero en ese momento le da por pensar en Gustavo duchándose y se pone muy cachondo.

--¿¿¿porqué tengo que pensar ahora en ese loco??

Se reprocha así mismo lo que está haciendo.

--¡¡estoy mal... estoy mal...¡

Franco está excitado pensando en Gustavo. Daniel sale de la ducha. Se muestra desnudo ante Franco pero sorprendido por la cara de él. Se seca la cabeza con la toalla.

--y ahora tu ¿¿qué me miras tanto?¿es que te gusto?

Daniel habla con ironía, sabe que eso no es posible.

--no ya sabes que no.

Daniel le sonríe:

--si ya, era broma...

--Sabes que te veo como a un hermano pero es que me quedé pensando en otra cosa...

Daniel se pone un bóxers. 

--en qué? o más bien ¿en quién?

A Franco le da vergüenza reconocer que le gusta Gustavo, prefiere pensar que se estaba poniendo cachondo por su amigo.

Juli y Remei están desnudos en la cama. El uno en brazos del otro. Juli está ya muy cansado. Ya ha perdido la cuenta de las veces que ha hecho el amor con Remei en los cuatro días que hace que se conocen. Estira el brazo para agarrar un cigarro. Casi no tiene fuerza.

--¿ya te has cansado? sí que eres flojo... ¡¡yo en cambio aun tengo ganas de 3 ó 4?

Juli la mira incrédulo:

--¿3 o 4? ??Aún te quedan ganas??

Ella lo mira fascinada mientras juega con los pelitos de su pecho.

--de ti no me cansaré nunca...

Juli le va dando caladas a su cigarro. Por su bien confía en que la gordita se vaya tomando las cosas con más calma.

--yo no voy a poder seguir tu ritmo por mucho tiempo.

Remei se lo toma a broma. Le pellizca un pezón (el pone mala cara pero ella no le hace caso):

--¡¡ay que gracioso...¡

Remei está muy ansioso. Siente una fuerte atracción hacia Juli que no quiere ni puede vencer. El trata que se calme mientras que ella se pierde por las delicias de ese paraíso que no se cansa en recorrer.

--creí que querías salir... pasear conmigo...

--cierto --dice ella apasionada y aferrándose a él-- pero mi mundo es contigo... mi mundo es esta cama...

--No todo en esta vida es sexo... no soy un hombre objeto--le reprocha él.

Ella se aparta de él. No quiere que Juli crea que solo piensa en eso... Reme se levanta de la cama luciendo su desnudez. Él no mira.

--tienes razón, lo que pasa es que te miro y me pierdo... ¡¡hoy salimos fuera...¡ ¡¡a disfrutar de nuestra luna de miel...¡

Juli se levanta. Remei lo ve desnudo sólo de la espalda. Lo mira excitada. La tentación es muy grande. Quisiera agarrarse a esas nalgas y hacerle el amor una y otra vez pero aunque le cuesta se controla. Juli no la mira, él se viste veloz. A ella le gusta mucho ver como se viste. El se pone unos jeans, una camisa.

--¿aún no estás lista? --pregunta él sorprendido.

Y es que Remei solo lo miraba a el:

--¡¡ay qué bueno que está mi marido --pensaba-- cada día esta mas bueno¡

Juli y Remei salen a pasear. Él le agarra la mano para evitar que esa sea tan ardiente como siempre pero Remei no hace más que agarrarle por donde puede. Juli acaba molestándose un poco:

--¿porque no podemos pasear tranquilamente tomados de la mano como cualquier pareja?

Ella lo mira ilusionada:

--¡¡ah sí... me encanta la idea...¡

A ella le encanta la ternura de tocar su mano pero lo desea demasiado. Cuelga de su brazo y luego se engancha a su cintura. Lo besa en el cuello. Es todo fuego. Para tratar de que se distraiga, Juli la lleva a un casino.

--¿llevas algunas monedas?

Ella busca en su bolso.

--si, muchas... ¿¿quieres jugar?

Remei saca unas buenas monedas:

--es que no me gustan nada... siempre descambio los billetes grandes y acabo con el bolso lleno de monedas...

y Remei como siempre habla y habla. Juli la planta ante una maquina.

--sabes cómo se juega...?

--No. Nunca jugué...

Juli detrás de ella se lo va explicando. Remei está totalmente embriagada del aroma de el. Se gira y lo besa.

--estate atenta a lo que te explico --dice el regañón.

Ella dice que sí, que está atenta. Y lo está pero a sus labios. A sus ojos, a su... 

--venga juega... --la anima él.

--No, yo no quiero jugar... ---lo mira fascinada-- ya sabes lo que se dice desafortunada en el juego... afortunada en el amor... ¡¡y yo quiero ser afortunada en el amor¡

--¿buscas amor...? --pregunta él sorprendido.

Remei se le ríe. No entiende la sorpresa de él:

--¿y tú qué crees...?

Juli no la quiere ofender habla con cierta timidez.